Se confesó Robert Fernández en una entrevista a BeIn Sports recordando su tarea como secretario técnico del club, que estuvo marcada por la salida de Neymar y la urgencia de ir a fichar con mucho dinero y más prisa jugadores que cubrieran su ausencia.

Reconoció Robert que la entrada de Dembélé en el equipo fue complicada. Primero porque ante la urgencia que generó la marcha del brasileño "quemamos todas las naves. Si no hubiéramos tenido tranquilidad, habríamos cometido bastantes errores, haciendo fichajes que no eran los adecuados. Fuimos al mercado y pagamos mas dinero del que queríamos" y segundo porque el extremo francés no era precisamente el empleado del mes y sus despistes a la hora de llegar a tiempo al entrenamiento eran sonados.

Ahí es donde toma valor la paciencia de Valverde, que supo reconducir una situación que podía haberse convertido en una bomba de relojería dentro de un vestuario que empezaba a hartarse de la irresponsabilidad del francés.

Alternando la mano dura de puertas adentro y la defensa del jugador ante la opinión pública, el técnico puso los cimientos para que Dembélé volviera a integrarse en el grupo. Desde el principio tuvo claro el entrenador que Ousmane tenía que ser una pieza importante en el equipo. Su trabajo fue paciente y ha dado el fruto esperado.