Oblak, otro capitán para el Atlético
En un momento de transición para el Atlético, donde algunos de sus hombres importantes dejarán el grupo al final de curso, la continuidad de Oblak apuntala también a un vestuario que en dos temporadas ha perdido a referentes importantes. Se fueron Tiago, Gabi o Torres, a los que seguirán otros como Godín o Filipe. Es ley de vida, pero lo es también que el testigo lo recojan otros sobre los que pueda descansar a salvo esa herencia. Oblak se ha incorporado ya a ese grupo que capitanea Koke y puede ser uno de sus lugartenientes en el nuevo viaje. Porque la figura del esloveno va más allá de la parada que da sosiego al equipo como un seguro a todo riesgo. Su silueta se levanta en el vestuario rojiblanco legitimada parada a parada, pero también por una autoridad cimentada en el trabajo.
Oblak habla poco, pero cuando lo hace todos le escuchan. No es de quejas ni de alardear, pero identifica rápidamente lo que está en juego y cómo conseguirlo. Y la mejor noticia es que este tipo, de sonrisas escasas pero de tremenda ascendencia en el vestuario, se apunta al futuro del Atlético. No ha sido fácil, la competencia es y será dura para mantener al número uno. Pero se queda porque el Atlético le ha hecho entender que construirá a su alrededor, que le dará razones para seguir pensando que aquí puede competir por todo, por esos títulos que ansía, por esos sueños que le hicieron coger la maleta con 17 años y dejar su casa.