Leoneses cazurros a mucha honra

Solemos entender como un insulto el término "cazurro". Con razón. El Diccionario lo asocia con algunas ideas no muy agradables para quien reciba la invectiva: "Malicioso, reservado y de pocas palabras"; "tosco, basto, zafio"; "torpe, lento en comprender".

Sin embargo, asumen con honor ese adjetivo los seguidores de la Cultural Leonesa, el equipo donde el arriba firmante, cuando era niño, vio jugar a una leyenda llamada Marianín.

Como ya se ha explicado antes aquí, los insultos dichos por los ajenos se convierten a menudo en símbolo de orgullo para los propios.

Según Juan Antonio García Amado, catedrático de Derecho en la Universidad de León y de origen asturiano, el adjetivo se aplicó desde antiguo en el Principado a sus vecinos del sur con un sentido próximo a "tacaños". Así lo explicó en un artículo publicado en El Mundo en 2011.

Y en esa idea abundaba el historiador Ricardo Chao, colaborador de la Cadena SER en León, quien explicó en antena en septiembre de 2016 que los leoneses tienen fama en Asturias de ser miembros insignes de la cofradía del puño.

Curiosamente, el rastro hacia atrás en el tiempo nos lleva a encontrar ese mismo significado en el vocabulario castellano-latín de Antonio de Nebrija (1494), pues el gran gramático sevillano hace a "caçurro" equivalente de "avaro". Pero este significado se perdió en el español general.

Por su parte, los primeros diccionarios académicos (siglo XVIII) adjudicaban al cazurro la condición de ser "de pocas palabras". O sea, que también ahorraban en eso. Y ese sentido se desvaneció igualmente.

Corominas y Pascual conjeturan en su diccionario etimológico que el término "cazurro", cuyo uso documentan ya en el siglo XIII, tiene origen prerromano; es decir, que la palabra andaba de boca en boca por la Península antes de que llegaran los legionarios con su latín y sus acueductos.

La romántica explicación de que procede del árabe "cad ur" ("el que no cesa") circula mucho por Internet, pero los filólogos no la consideran verosímil.

Sin embargo, en León se toma al cazurro en la actualidad con un significado que no ha sido incorporado por las Academias: "cabezón", "obstinado" o "terco", acepciones que pueden asumirse a mucha honra si esa misma realidad se nombra desde otro punto de vista: "tenaz", "incansable", "constante". Por eso los seguidores más entusiastas, situados en el fondo sur del estadio del Reino de León, se autodenominan Orgullo Cazurro.

Seguro que todos los aficionados de ese club han estudiado estas etimologías. No en vano su equipo se llama "la Cultural".