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Güevéjar, el milagro de los terremotos (1755 y 1884) y la peña 'Campeones'

Dos milagros. Güevéjar es un pequeño pueblo ubicado a sólo diez kilómetros de Granada, al pie de la ladera del Castillejo, conocido popularmente como el Peñón de Bartolo. Limita con otras poblaciones como Cogollos Vega, Nívar, Alfacar, Pulianas, Peligros y Calicasas. Tiene actualmente 2.541 habitantes censados. La historia de Güevéjar está marcada por dos acontecimientos trágicos que, de forma milagrosa, tuvieron un final feliz. En esta tierra hubo dos terremotos severos. El de 1755 destruyó 65 de las 70 casas que había en el pueblo. Y en el Día de Navidad de 1884 hubo otro más violento, cuyo epicentro fue en Arenas del Rey, que dejó en la zona 745 fallecidos y 1.501 heridos. Pues aunque parezca increíble, en Güevéjar no hubo ni un muerto en ninguno de los dos seísmos. Pero la destrucción fue total y el pueblo se tuvo que trasladar a su actual ubicación, reconstruyéndose con la aportación de muchos españoles de gremios concretos. Por eso hay calles con estos nombres: Escritores, Artistas, Esperanza y Caridad. Aquí son agradecidos.

Gastronomía. Los güevejeños presumen de dar bien de comer a sus visitantes. Aquí son prestigiosos sus embutidos caseros, las migas con melón, la caldereta de cordero y el choto al ajillo. Pero, sobre todo, si tienen ustedes un estómago resistente pidan las gachas picantes, condimentadas con guindillas o pimiento picante. Los partidos del Real Madrid (y del Granada, muy querido por aquí) los ven entre vianda y vianda...

La peña. Se llama 'Campeones' y se fundó en 1992 con la aportación de 25 socios, de los que quedan cuatro vivos: Felipe Toral (fue el primer presidente y es el maestro que hace ahora los vídeos), José María García (actual presidente), Javi Baena y José María Oviedo. Mantienen una sólida estructura con 50 peñistas al corriente de pago. Organizan buenos viajes al Bernabéu. Este año vivieron la cruz (1-2 ante el Levante) y la cara (asistieron al celebrado regreso de Zidane, con el 2-0 al Celta). En estos 27 años ("En los que hemos ganado siete Champions, Roncero", me recuerda orgulloso el presidente) les dejó huella la presencia de Amancio Amaro en el 15 aniversario de la peña. Yo estuve con ellos el viernes pasado, en su 27 cumpleaños. Fue en 'La Cantina', local regentado por un culé confeso: José Luis Carrillo. Un gesto de señorío y de rivalidad sana. Felipe Toral lo ensalza: "Siempre nos ayuda. Con culés así da gusto...".