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El United atacó sin hacer daño

Todo en el Manchester United parece necesitado de una capa de pintura. El estadio se ha quedado obsoleto y pequeño (si tiene un amigo periodista, pregunten cómo se trabaja en Old Trafford) y el equipo no está para grandes tardes. El Barcelona no te desangra con mil cortes/pases como antaño, pero pareció que esa información no había llegado a Manchester porque se presentó delante de los suyos sin querer el balón y con siete defensas (cinco en línea, un experimento que con otros jugadores había practicado en su último partido, y dos centrocampistas de contención). El caso es que Solskjaer no les pidió que se encerraran en su área en los minutos que todos los equipos que vienen a Old Trafford prácticamente regalan a los Red Devils: se supone que aprietan al empezar y el rival debe acostumbrarse a ello. Pero es lo que tiene entre manos.

El noruego no consigue que su plantilla se amolde a su manera de pensar. Su plantilla necesita una reforma porque hay demasiados jugadores que piensan primero en defender y tampoco lo hacen demasiado bien. Calculen que los cambios (de cabeza y de personal) llegarán pero está siendo demasiado tarde para plantar cara en Europa ante un Barcelona que tras el gol dejó que el United se creciera. Eso le dio alimento a la grada, deseosa de que su equipo dejara de especular y se lanzara a la yugular del contrario. Sólo que lo hizo con la rabia inocente de un minino. Sin dejar una sola herida.