Martí llega con el nueve a la espalda

Pues ya está. En 48 frenéticas horas el Deportivo vivió el ridículo en el campo ante el Majadahonda, la pañolada de Riazor, la destitución de Natxo y la llegada de Martí. Todo prisas, exactamente lo que le espera al entrenador balear. Nueve partidos para alcanzar una meta, la del ascenso directo, que a día de hoy parece una quimera. En su presentación, el nuevo técnico ni renegó ni prometió el milagro consciente de eso, de que sería un milagro. Lo que también sabe es que no hay tiempo para asimilar conceptos ni hacer pruebas, sólo lo hay para acertar. Por ello avisó a los despistados que su Depor se tiene que ver ya en El Sadar.

Las nueve finales que le esperan son un número realmente simbólico, ya que curiosamente Martí es desde ayer el noveno técnico de la era Tino. Para que en julio no haya un décimo su reto es alcanzar a la orilla de Primera. Ya sea en yate o patera, pero llegar. Para ello debe recuperar a una plantilla que tras demostrar su potencial lleva tres meses en constante cuesta abajo. Su pasado como jugador está lleno de éxitos con aquel Sevilla imperial que hizo de la Europa League su particular Teresa Herrera. Allí era capitán y ahora, en este Depor desnortado, tiene que ser entrenador y líder. Una especie de ‘nueve’ en el banquillo que recupere lo que había y se volatilizó: un gran equipo. Si lo hace, la meta es factible, ya sea en nueve o en trece partidos.