La atracción de Malcom

A falta del trámite final, el Barcelona dejó casi finiquitado el título liguero en un partido que nunca se sabrá lo que pudo haber sido sin la expulsión de Diego Costa. Hasta ese momento era un pulso abierto, con un Atlético preciso en las entregas, valiente en su postura y predispuesto a golpear en ataque. Tal fue su valentía inicial que Messi pudo recibir holgado por detrás de Thomas y Rodrigo en alguna situación. Con la roja a Diego Costa se renovó el discurso de ambos de forma obligada.
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El Atleti tuvo que abogar por un ejercicio de resistencia. Salió airoso hasta el extraordinario gol de Luis Suárez. Con dos líneas de cuatro muy juntas, complicó el fútbol interior del Barcelona. Además, selló sus bandas con las ayudas de Correa a Thomas y de Saúl a Filipe, primero, y de Griezmann a Saúl, después. El esfuerzo colectivo resultó admirable, sin perder de vista la portería de Ter Stegen. El escenario volvió a dibujar las dificultades que tienen los de Valverde para desestabilizar a defensas cerradas. Es un equipo cada vez más lúcido en las contras (20 goles en esta Liga) y más dependiente de la finura de Messi en los ataques posicionales. La entrada de Malcom aportó amplitud al Barcelona. Aunque la incidencia del brasileño se rebajara respecto a los partidos anteriores contra el Espanyol y el Villarreal, fijó al lateral y ensanchó a un Atleti que tuvo que desabrigarse algo más por dentro. Es un refuerzo para el Barcelona. Más para la Champions que para LaLiga, que parece sentenciada.
Trabajo de Griezmann

Gran partido del galo. Actuó con sentido en sus acciones con balón y ayudó de forma destacada en defensa. Tapón con Koke a Messi en esta jugada.



