La reconquista de una Girona perica

Magia perica. Ante el férreo marcaje que le hacen ya las defensas a Borja Iglesias y el alboroto que genera siempre Wu Lei, surgió el pie derecho de Darder para darle al Espanyol una victoria tan necesaria como sentimental, un golpe encima de la mesa en Montilivi, estadio que se la da tan bien a los pericos como al Girona Cornellà-El Prat. El canterano ya acumula tres goles en LaLiga (el segundo de esta tarde el acta se lo otorgará a Bono en propia meta) y hay que añadir los dos que le anularon ante el Rayo Vallecano en su hat-trick imperfecto. Darder y su 'Darderismo' sacaron al Espanyol de la zona de dudas y lo sitúan, con más tranquilidad, a solo un paso de la salvación.

La batalla. La conquista de Montilivi estuvo a punto de frustrarse por una mano involuntaria de Rosales que el colegiado, con ayuda del VAR, convirtió en un penalti transformado por Stuani, el ogro de los blanquiazules. Con el uruguayo hay una reyerta en cada acción y ya en el primer minuto Naldo le hizo una falta. Pero en esta ocasión el duelo fue para Hermoso y el brasileño, imperiales en el juego aéreo, demostrando que son una pareja solvente y que con el paso de los partidos se han acostumbrado a convivir en el área como si fuera un matrimonio en su sala de estar. La intensidad de las acciones llevó el partido a un terreno futbolístico y emocional, conscientes los dos equipos de que se jugaban más que tres puntos. Y el Espanyol demostró, en esta ocasión sí, que pese perder una nueva ventaja, esta vez encontró la brújula en la pierna derecha de Darder y en la seguridad de su defensa. El azaroso fútbol.

El sistema. Rubi eligió jugar con un 4-4-2, con Wu Lei más cerca de Borja y Melendo más retrasado. Los sistemas lo forman los jugadores, por lo que las intenciones y los mecanismos no cambiaron pese a este matiz. La entrada del delantero chino ha modificado el engranaje del equipo, y Borja ha sido uno de los perjudicados. Al mismo tiempo, y como ocurrió el curso pasado en el debut de David Gallego, Víctor Sánchez y Javi López dieron el callo y fueron clave en la victoria. Como en aquella ocasión, el resultado libera a un Espanyol al que le quedan siete partidos para seguir escalando posiciones.

Derbi de alto voltaje. La rivalidad entre Espanyol y Girona, con Machín curiosamente en la grada, nació el curso pasado cuando el equipo perico había despedido a Quique y llegaba pasando apuros. Ahora, es el conjunto gerundense el que se queda en una situación complicada. Las rachas pasan de una orilla a otra, como la de Javi López, quien llevaba más de dos meses sin apenas participación y esta tarde celebró su renovación con su familia y con los aficionados blanquiazules en la grada de Montilivi. Siempre al límite, pasan los años y el capitán sigue ahí, siendo protagonista en los momentos necesarios.