El pobre modelo ofensivo del Madrid

Ante el primer rival de verdadera envergadura el Madrid volvió a la realidad de esta temporada. También con Zidane. Sufrió la misma patología que le ha descompuesto con Lopetegui y Solari. Son síntomas repetidos. Sus desconexiones defensivas, retratadas en Mestalla por la transparencia en el balón parado y el repliegue paupérrimo, autorizaron la victoria del Valencia, pero todavía quedó más señalado por su incapacidad futbolística con el balón en los pies. El juego de posición del Madrid fue pobrísimo. Se le atravesaron las dos líneas de cuatro tan características y bien trabajadas en los equipos de Marcelino, sin que diera alguna sensación de peligro durante todo el partido. Las razones fueron variadas.

El Madrid persiguió girar las filas del Valencia moviendo el balón de un lado a otro, pero su circulación fue tan lenta que nunca agitó al conjunto local. Apenas hubo cambios de orientación ni movimientos entre líneas, al margen de Benzema, otra vez lo único salvable. Kroos sólo conectó una vez con Lucas y Modric dos con Asensio. La secuencia ofensiva del Madrid se redujo a un sinfín de pases sin mordiente ni profundidad. Zidane colocó a Lucas y Asensio en las bandas, a pie natural, para buscar situaciones de dos contra dos y posibilidades de desdoblamientos de los laterales. Sin embargo, nunca recibieron con espacios y cuando encararon tampoco se fueron de nadie. La quietud por momentos de Lucas y Asensio, cosidos a la línea de cal, tampoco favorecía las internadas de Odriozola y Marcelo. La pretendida amplitud se quedó en nada, con centros fallidos al área (28 en total). No parece lo más adecuado que un equipo con el tipo de jugadores que alineó el Madrid en su once recurra a envíos desde las bandas. ¿Quién los va a rematar? El Valencia sujetó el ataque blanco con una suficiencia indiscutible. Zidane también tendrá que repensar el modelo ofensivo.

Lucas, abierto

La jugada comenzó en el otro lado y el balón le llegó a Modric, que se asoció al primer toque con Benzema. Lucas no se movió de la banda a la espera de recibir. No se intercaló nunca en zonas interiores durante en el primer tiempo y cerraba el posible paso de Odriozola.