Godín, nacido para jugar en el Atleti
Victoria a la perseverancia del Atlético ante el Girona. Los rojiblancos empezaron con Koke en la punta del vértice del rombo en los primeros compases del partido, pero rápido cambiaron a su pruductivo 1-4-4-2. Fue a partir de ahí donde los rojiblancos se sintieron más cómodos y a pesar de no tener la vistosidad de Vitoria, acabaron ganando a los goles y a los puntos. Griezmann le leía la matrícula a un despistado Douglas, sobre todo en el primer tiempo, haciendo del francés el generador de fútbol entre líneas; reconozco que en ese sitio es donde más me pone, futbolísticamente, Antoine. Fue una pena que no concretase Morata. El nueve rojiblanco de nuevo se movió con criterio ofreciendo línea de pases a sus compañeros.
Me pareció fundamental bajar unos metros a Saúl en detrimento de Filipe ganando en profundidad por la banda izquierda, junto con Koke en el medio. El último tramo de partido se desequilibró por esos movimientos. Me emociona más que me alegra ver como el gladiador Godin abría la lata. Su instinto y ambición hicieron estar a la hora y en el momento oportuno para rematar de cabeza. El uruguayo es patrimonio de la humanidad rojiblanca. Es un futbolista que nació para jugar en el Atlético y un espejo donde los polluelos del Cerro del Espino nunca se confundirán a la hora de mirarse en él.