El Deportivo no disipa las tinieblas
Pocas veces va tener el Deportivo una jornada tan propicia para darle un mordisco a la clasificación, para resucitar. Y pocas veces va estar acompañado el equipo por 3.000 aficionados tras una nefasta racha. El Depor lo tenía todo a favor para sumar tres puntos, para volver a creer en sí mismo con una victoria que parece imposible y disipar unas tinieblas que siguen rodeando al conjunto de Natxo. El técnico volvió al rombo, pero visto lo visto en el primer tiempo era igual que fuese un cubo, octógono o triángulo porque el nivel individual habla de pánico, de miedo a equivocarse, de falta total de confianza. Sólo así se puede entender el nivel exhibido por Vicente, Pedro, Caballo, Simón o un Didier Moreno que sólo rindió cuando se situó de ‘5’.
El empate es una nueva decepción, pero a diferencia de los últimos partidos hay rayos de esperanza. El principal está arriba, en el ataque. Por una lado, el regreso de Carlos Fernández, diferencial a pesar de estar casi tres sin jugar. Menudo pase, menuda calidad. Y junto a él un Quique incansable, con gol y con algo que le faltó a casi todos sus compañeros: confianza y atrevimiento. Por ser positivo, que cuesta, el ascenso directo está un poquito más cerca, a cuatro puntos. También apuntes de Vítor Silva y que regresa Edu Expósito. Y por supuesto, una afición entregada para lo bueno, lo malo y para lo que le echen.