Cuando en el minuto 62 de partido por la megafonía del Wanda Metropolitano se anunció que habían acudido 60.739 aficionados, los seguidores rompieron a aplaudir. El Atlético había logrado algo histórico y muchos de los presentes entendían que formaban parte de ese momento crucial en el club rojiblanco y en el fútbol femenino en nuestro país. Antes de comenzar el partido los aficionados accedieron en masa al estadio y en realidad no se podía distinguir si se disputaba un partido de la Liga Iberdrola o un encuentro con los de Simeone como protagonistas. La parafernalia fue la misma de siempre, con los puestos de venta de productos del Atlético habituales, las tiendas abiertas y los autobuses de las peñas aparcando en su zona. Dentro del estadio, el fondo sur no paró de animar durante todo el partido. Si a los del Cholo no les falta aliento nunca, a las chicas del Atleti, tampoco. Si los rivales saben que para sacar algo positivo del Wanda Metropolitano tienen que sudar de lo lindo, al Barcelona femenino le iba a pasar lo mismo.
Eso fue lo verdaderamente llamativo. Si el Barcelona apretaba (y apretó mucho), la grada empujaba y daba un plus al equipo de Sánchez Vera. La gente silbó a las jugadoras del conjunto azulgrana, protestó las decisiones arbitrales y todo el mundo se metió en el partido desde el minuto inicial. Ganó el conjunto visitante y la clasificación se aprieta, pero muchos se engancharon este domingo a un fútbol femenino que va a más. Por cierto, perdió el Atlético Femenino en un día tan especial y bonito, como lo hizo el Atlético en partidos importantes de su historia, incluido el día del Centenario. Y pese a la derrota, no hubo reproches al final del choque: sólo aplausos y ánimos al Atlético Femenino.