Último tren para el genio Isco

Sergio Ramos le apodó 'Magia' en su día. Su fútbol era diferente. Y también diferencial. Difícil de ubicar en un equipo vertical y recostado en el 4-3-3. Pero es tan bueno, posee una técnica tan depurada y es tan imaginativo, que logró que Zidane rectificase en su día hasta meterle en el dibujo triunfal de las finales de Cardiff y de Kiev. Cierto que en la primera le ayudó que Bale se lesionase semanas antes. Pero el curso pasado dejó al galés en el banquillo y Zizou no tuvo problemas en fumigar la bbC para rescatar al mago Isco en un 4-4-2 que le dio triunfos y prestigio.

Pero tras la destitución de Lopetegui (para Julen, su proyecto eran Isco y diez más) y el aterrizaje de Solari, el genio de Arroyo de la Miel fue desterrado al ostracismo de la grada. Seguramente, Isco cometió errores gestuales y verbales con Solari en algún momento, pero los entrenadores modernos deben ser directores de Recursos Humanos y no verdugos. Si tienes talento, tu deber como técnico es encauzarlo positivamente para que sea aprovechado por el grupo en busca de un bien común. Cuando Lucas Vázquez y Vinicius tuvieron el infortunio de lesionarse la triste noche del Ajax, todos hubiéramos querido a Isco para recuperar la batalla de la medular y darle la vuelta al drama. Pero Isco estaba en la grada... Zidane lo gestionará de otra manera.