Han dado la razón a Marie Curie
Comencé a ver los Juegos de Barcelona 92 impactada por lo que hacían los grandes como Carl Lewis, el Dream Team, Linford Christie… y entusiasmada con el primer gran triunfo para mi generación de los chicos del fútbol con Kiko y compañía. Pero mi gran recuerdo se quedó en Miriam Blasco, Carolina Pascual, Arantxa y aquellas locas del hockey dando saltos. Había habido otras, pero aquellas deportistas me dieron otra perspectiva. Porque yo crecí viendo junto a mi hermano los partidos de fútbol y baloncesto que TVE tenía el capricho de ofrecernos (era lo que había) y en mi pasión por el deporte la figura masculina era casi mi único referente. Y los que nos lo contaban, por supuesto, también eran hombres… con las excepciones de Mari Carmen Izquierdo, Olga Viza, María Escario, Elena Sánchez y Paloma del Río a las que nunca agradeceré lo suficiente haberme abierto los ojos a este mundo.
Veinte años después, los éxitos femeninos ya no son algo anecdótico, se han colocado a la altura de los que consiguen los hombres, pero me temo que aún les sigue costando más a ellas (menos dinero, menos apoyo, menos repercusión). Aún hay que salir a manifestarse para que nos escuchen (las madres, las deportistas, las trabajadoras…) porque todavía queda mucho por hacer. Pero lo que han conseguido Mireia, Ruth, Sandra, Carolina, Lydia, Teresa… es una aportación que no tiene precio en la lucha por la igualdad. Ellas han puesto en práctica lo que dijo la premio Nobel de Física y Química Marie Curie: "Nunca he creído que por ser mujer deba tener tratos especiales, de creerlo estaría reconociendo que soy inferior a los hombres, y no soy inferior a ninguno de ellos".