El fin de un ciclo llamado Cristiano Ronaldo

Tras el 1-4 ante el Ajax, primera caída del Madrid en la Champions tras 1.011 días como campeón, corrió una sentencia bien traída: fin de ciclo. El fin de un equipo que ganó tres Champions seguidas, cuatro en cinco años, algo sólo superado por el propio Madrid, en los lejanos años de Di Stéfano, que lideró cinco títulos consecutivos. Sí, se acaba el ciclo. Pero para mí se acabó, así lo presentí, cuando Florentino prescindió de Cristiano en su deseo de ahorrar para el tuneado del Bernabéu, su capricho otoñal, y desde su ilusa convicción de que 'sus' Benzema y Bale valdrían para hacer lo que hizo Cristiano Ronaldo, al que nunca sintió. Se lo encontró ya fichado por la directiva anterior.

Hoy presentamos un informe de cómo el Madrid ha sido el club número diecisiete en inversión en plantilla en estos años. Muy lejos del Barça y del Atlético, pero también de muchos otros. Ha comprado, pero ha vendido, entre otros, a Cristiano, y por un precio menor, a cambio de ahorrarse su sueldo. Y lo que ha comprado no le está sirviendo. El último fichaje lustroso de Florentino, otrora un Rey Midas que lo mismo traía a Figo que a Zidane que a Ronaldo o a Beckham, fue James. Ahora trae jugadores de tipo medio, como Vallejo, Theo, Ceballos, Odriozola, Mariano, de ida y vuelta, Brahim, o algunos más prometedores, como Isco, Asensio y Vinicius. Anteayer sólo fue titular éste. Varios estuvieron en la grada.

También fue titular Courtois, que va por otro renglón, el de la inexplicada desconfianza de Florentino hacia Keylor. No fue De Gea, por el fax, no fue Kepa, por Zidane, al final fue Courtois. En fin, esto ha sido la demolición de un doble buen equipo de hace dos años, cuando la 'Unidad B', ¿recuerdan? goleaba por toda España. Desde ese cenit ha habido un proceso de estropicio cuyo principal hito fue largar a Cristiano sin reparación ni aproximada. Lo importante es hacer del Bernabéu una especie de arca de Noé futurista, en la que un día puedan huir de este planeta acosado por el cambio climático los aporófobos del palco de Florentino, con sus mayordomos y allegados, que hay muchos.