Los ritmos africanos de Dembélé

En noviembre estuvimos cenando con Luis Suárez en Milán con motivo del Inter-Barça. Además de contarnos fantásticas historias de su vida en el cruce de las calles Valencia y Casanova, sus reflexiones desprenden ingenio. Eran entonces tiempos difíciles para Dembélé, protagonista por sus episodios de impuntualidad. Luisito lo comparó con originalidad a Balotelli y dejó una frase que resumía bien su carácter imprevisible: "Por sus venas corre sangre africana". De padre maliense y madre senegalo-mauritana (Fatimata), Dembélé nunca ha sido un tipo fácil. Tampoco ahora aunque sus números de esta temporada ya sean de estrella. Para que le dejasen irse al Borussia, llegó a decirle a Mickael Silvestre, responsable de los jóvenes del Rennes, que dejaba el fútbol. Hasta le mandó un billete de avión con destino Senegal. Allí iría para vivir con su abuela.

¿Quién es Ousmane Dembélé, la máquina de perder balones de la primera parte el miércoles o el futbolista devastador que liquidó el partido con dos vuelos rasantes en la segunda? De momento, este chico ha sido capaz de quitarle portadas a Messi, algo absolutamente inaudito en Barcelona. Nadie sabe si va lanzado al Olimpo de los elegidos o nunca será fiable. Seguramente, sea un pack de todo eso. Mágico, inconsciente, alucinante, desesperante. Valverde también lo definió con precisión: "Lo bueno de él es que el rival nunca sabe lo que va a hacer, sobre todo porque no lo sabemos ni nosotros". A veces parece un extraterrestre y otras un retal. Son los ritmos africanos de Dembélé.