Messi centra las miradas y nadie se fija en Dembélé

Tomás, qué semana se nos viene encima! Dos Clásicos en cuatro días nos van a demostrar cómo pueden a llegar a ser diferentes dos partidos que parecen más una serie final de baloncesto en la que el Barça, al menos en el primer partido, tiene que voltear el factor del campo rival en contra. Me parece una buena noticia para los barcelonistas que salgan obligados a marcar. Ir al Bernabéu de favorito siempre me ha parecido una temeridad innecesaria que únicamente sirve para excitar el orgullo madridista, aunque también debo decir que eso del orgullo y la capacidad de reacción no hace falta mucho tocamiento para excitarlo. Ya venís así de marca, lo que a veces es bueno y otras, como pasó en el Camp Nou en Liga, os hace daros de bruces con la cruda realidad esté o no Leo.

Entre la constelación de estrellas que juegan el partido, se centran lógicamente las miradas en Messi, que está como un tigre enjaulado después de no haber podido jugar el partido liguero y comparecer casi testimonialmente en la ida de la Copa, en Vinicius, Luis Suárez, Benzema y compañía. Sin olvidarme de Modric, el actual Balón de Oro.

Pero me extraña, y me gusta a la vez, que no se le conceda a Dembélé el foco para poder decidir el partido. Que lo que haga en el Bernabéu no será intrascendente, amigo Tomás, dalo por seguro, lo que pasa es que no sabe uno en qué sentido decantará la balanza. Ousmane, si jugara en el Madrid, tendría a Vinicius sentado en el banquillo o ya estaría con Bale. Sin medias tintas. De momento, nadie le hace caso. Y el francés es otro que se muere por jugar este partido. Ojo con el tapado. Yo te aviso.