Esperado. La mañana del martes en Lyon recordó a las de partido de hace muchos años. Tras más de una década en la que el acompañamiento de ultras al conjunto blaugrana era esporádico, pues jamás dejaron de acompañar al equipo, entre los foros de hooligans se esperaba una demostración de los Boixos en Lyon. La cosa venía de lejos. La rivalidad entre este grupo y los Bad Gones, los ultras del Lyon es más que conocida. Los franceses, aliados de Ultras Sur y de Brigadas Blanquiazules, les esperaban, pero no hay constancia de que el enfrentamiento llegara a producirse. No escondieron ni unos ni otros que se buscaron. La prensa local también era consciente de que llegaban. Les siguieron atentamente.

Incidentes. Los Boixos, que son una nueva generación respecto a los old school fundadores, y que no cuentan con un líder claro porque son una amalgama de varios grupos, tampoco trataron de pasar desapercibidos en las calles de la ciudad francesa. Se fotografiaron por el centro de Lyon, entraron al metro al grito de “aquí están, estos son, los famosos Boixos Nois”, encendieron bengalas en la grada y a la salida del partido, cuando pidieron la muerte de Joan Laporta y empezaron a lanzar consignas a favor de la unidad de España (exhibieron banderas españolas con el escudo del Barça) se las tuvieron con el resto de aficionados hasta el punto de que tuvo que intervenir la seguridad del estadio.

Problema. Joan Laporta denunció ayer una connivencia entre el club y este grupo que desde la junta del Barcelona niegan. El Barça ya hizo público un comunicado el pasado mes de diciembre después de que el Departament de Interior respondiera a una pregunta parlamentaria respecto a la presencia de estos elementos en el Camp Nou. El club asegura que no entran en la zona del Espai d’Animació, pero que no pueden impedir su acceso al campo si no están en la base de datos de los Mossos. En el estadio no ha habido incidentes, pero la presencia de Boixos se ha vuelto habitual. La pelea en Vallecas, la pelea ante los del PSV y el corte de calles en el Clásico hablan por sí solos. Y si alguien se cree que es un problema exclusivo del Barça, va dado. Miren lo que pasó en Rennes con los ultras del Betis y en Roma entre los Biris y los de la Lazio. Y un aviso, ojo con la vuelta de las semifinales de Copa. Las dos.