Casi nos dan la Tamborrada

La Real Sociedad respira aliviada tras sumar un punto en Vallecas. Pero no debería ser así. Debería estar mosqueada, porque realmente la lectura que debe hacerse de forma objetiva es que ha dejado escapar dos puntos. Ha sido superior al Rayo Vallecano en casi todas las facetas del juego, especialmente en la segunda parte, lo que unido a su superior calidad, habría tenido que llevarle a una victoria que ponía al equipo txuri-urdin mirando cara a cara a la pelea por los puestos europeos. Pero no es así porque ha empatado. Y gracias.

Porque los jugadores de Imanol Alguacil casi hacen que se nos atragante la tamborrada. Donostia entera disfrutando de su fiesta mayor, y ellos tratando de aguarla un poco. Cuando eso no era necesario, que ya ha llovido suficiente durante el día. Es que no es puede hacer la primera media hora que ha hecho la Real. Conceder dos goles de una forma tan sencilla es casi cavar tu propia tumba. Y da rabia. Porque al menos has conseguido empatar. Que ya parece un logro inmenso. Y tiene su valor, no crean.

Pero es que viendo la hora siguiente de juego de los realistas, sobre todo tras el descanso, la rabia, el cabreo y la frustración van en aumento. Era un partido de ganar. Y punto. Y se han tirado dos puntos a la basura. Los de Michel no han hecho nada en toda la segunda parte hasta que la Real ha empatado. Y justo después... ¡casi marcan!! Menos mal que estaba Rulli. En dos acciones a balón parado precedidas de un desajuste defensivo tan incompatibles como evitables. Hasta entonces, dominio absoluto. Es verdad que sin profundidad, pero siempre superando al rival, que para entonces se había parapetado ya con cinco defensas delante de su portero y caminaba peligrosamente hacia un triunfo que le había regalado la Real con dos acciones aisladas en la primera parte. Y el final del partido remarca mi teoría. Porque se ha terminado encerrando al Rayo en su área, con ocasiones, ritmo, intensidad, presión alta y garra. ¿Y eso por qué no se hace antes? En fin, un punto que no agua la tamborrada, pero que tampoco ayuda a mejorar la fiesta. Alivia, pero no desahoga. Imanol, tipo fiable y honesto, sigue teniendo mucho trabajo por delante. Por ahora, sigue habiendo más puntos que fútbol. Y esa tendencia debe corregirse. Es peligrosa.