Ronaldo no puede seguir callado

Otra más y ya van unas cuantas. El VAR volvió a perjudicar claramente al Real Valladolid y encima la sombra del ensañamiento planea ya sobre un sistema que no ha beneficiado ni una sola vez al conjunto blanquivioleta en 20 jornadas. El único equipo, junto al Celta, próximo rival, al que el videoarbitraje, esa tecnología que iba a impartir justicia, le resta cuando puede y no le suma cuando debe. Resulta que el VAR iba a servir para evitar errores claros y Jaime Latre tardó más de cinco minutos en decidir la incidencia de Unal en el disparo de Plano, dando por hecho, que no yo no lo tengo tan claro, que el turco estuviera en fuera de juego. Casi seis minutos para decidir en una jugada que se supone que tenía que ser clara. Esperemos que el trencilla no tenga que decidir en alguna jugada dudosa porque...

Ese gol anulado no sólo tuvo repercusión en el marcador, lógica, sino que en el subconsciente del equipo también pesó. Los jugadores, inevitablemente, tendieron a pensar que, otra vez, les estaban tangando, que el VAR nunca les beneficia y que, por si no fuera suficiente ser el equipo con menor presupuesto, con la mitad que el penúltimo, el VAR, la Federación o quien sea está empeñado en destrozar el milagro que es que esta humilde plantilla compita en la que dicen que es la mejor liga del mundo. Decía Ronaldo el día de su presentación que se compraba el club, no para ir de vacaciones, sino para trabajar y hacerlo grande. Es el momento del brasileño. Su imagen de hombre de fútbol mundial quejándose tiene más fuerza que cualquier pataleo. El Levante lo hizo la semana pasada y no le fue mal.