Cuando Luka está fresco físicamente vuelve a ser el jugador que con todo merecimiento ganó el último Balón de Oro y todos los premios individuales de este año. De su compromiso no se puede dudar nunca. Lo conozco bien y es un profesional como pocos. Pero es lógico que tras el tremendo desgaste del Mundial de Rusia le costase entrar de nuevo en su habitual dinámica de juego. Ante el Sevilla vimos que ya está a tope de nuevo. Y cuando Modric está al cien por cien, el Madrid juega a otra cosa, con mucha más calidad, con criterio y sabiendo cómo hacer daño al rival.

Su bonito gol al final fue el premio que se merecía por el partidazo que había hecho ante el Sevilla. Que robase un balón en el descuento ratifica lo fresco que vuelve a estar. Acabó el partido a tope y esa es la mejor señal de que el madridismo puede respirar tranquilo. Luka me ha hecho el mejor regalo en mi cumpleaños.