Abrazados al Bernabéu

Por fin. Ya era hora. El Bernabéu necesitaba una tarde de fútbol puro como la vivida ante el Sevilla de Machín. Palabras mayores. Un miura en Las Ventas. Cualquier fallo suponía cornada y enfermería. Pero el Madrid es como los grandes maestros taurinos. Cuando parecen en declive, sacan su arte y su orgullo y ponen la plaza boca abajo. Eso sucedió en medio de una tormenta de lances en ataque dibujados con los muletazos de Vinicius y los naturales de Modric, que acabó llevándose las dos orejas y el rabo entre el entusiasmo general. Pero el momento decisivo de la faena llegó en el minuto 77. Casemiro entró con la espada y la estocada fue hasta la empuñadura. Tirazo desde 30 metros que dobló la muñeca a Vlacik, golpeó en el travesaño y entró en el corazón de la portería sevillista. El Bernabéu estalló de júbilo. Todos en pie. 68.302 almas vibrando con el justo premio al partidazo de sus héroes. El Madrid por fin fue el Madrid. El segundo tiempo ante los de Nervión será recordado durante tiempo. Intensidad, compromiso, chispa, verticalidad, anticipación, garra, atrevimiento, raza... Faltaba pegada, no es nuevo en este curso-tobogán, pero el golazo de Case se interpretó como una reconciliación amorosa en el momento de máxima tensión de la pareja. Fue precioso ver como los jugadores hacían una piña que desbordaba alegría, sin fisuras, con las gradas abrazándose a ellos en un gesto que venía a trasladar este sentimiento: "Sabemos que esto no iba a ser fácil, pero no estáis solos".

Casemiro, ‘La Roca’. Carlos Henrique Casemiro cumplirá 27 años el 23 de febrero. Ya no es el crío que vino de prueba seis meses al Castilla y que luego hizo un Erasmus en el Oporto de Lopetegui para demostrar que el Madrid tenía en su cuerpo rocoso un heredero ideal para Xabi Alonso. El brasileño no es sutil ni un artista del balón, pero cuando está bien físicamente es un muro para los rivales, es el socio ideal en las coberturas para Ramos y Varane y, además, se ha hecho madridista y lo refleja en su manera de vivir los partidos. Su golazo y su celebración me conmovieron. Me recordó a un golazo que metió Stielike en un Madrid-Sevilla de inicios de los años 80 que se resolvió precisamente con un golazo del alemán pleno de raza, cuando el 0-0 parecía inevitable.

Luka y Pedja. En este 19 de enero ha cumplido Mijatovic 50 años. Medio siglo del héroe de la Séptima. Pedja es uno de los mejores amigos de Modric. Y Luka le quiso hacer el mejor regalo, como reconoció el montenegrino en el Carrusel. Modric hizo una actuación digna del Mundial de Rusia, liderando el triunfo y poniendo el sello final con el gol que finiquitó la rendición del Sevilla. Luka, el Madrid te necesita más que nunca. Si tú estás bien, el Madrid volará de nuevo. Modric es de oro.

Euforia recuperada. Ahora que se acercan las etapas alpinas del curso (rondas decisivas en la Copa y cruce de Champions con el Ajax), veo al personal con el ánimo recuperado tras esta gran victoria. Me trasladan su felicidad Oskar y su pequeña Mara, de la peña Drakkars Blancas de Ermua, los vikingos del Dragón Blanco de Mondragón y los de Eibar (todos cantaron los goles bajo la lluvia en el Bernabéu), así como Tamayo Yohander (¡viva Cuba!), José Mérida ‘Chupe’ del Athletic de Fuengirola, y las peñas ‘La Najarra’ de Almuñécar, San Fulgencio de Alicante, Goyo Benito de Puente del Arzobispo y José Antonio Moreno, el tenor más merengue del mundo. ¡Vamos!