Las ventajas del modelo de Machín y la copia de Solari

La equivalencia. La inesperada novedad que ordenó Solari ante el Betis con el cambio de dibujo emanaba también de lo que estaba por llegar para el Madrid. El técnico argentino quería reproducir el sistema de tres centrales y dos carrileros de Setién, que después no se dio por la defensa de cuatro bética, como puede repetir ahora ante el Sevilla. Machín siempre ha complicado al Madrid con este esquema cada vez más habitual en LaLiga. Seguro que Solari ha repasado la lectura del partido de la primera vuelta que empezó a dinamitar el proyecto de Lopetegui. Nadie se maneja como el Sevilla con el 3-5-2.

Salida cómoda. La alineación de tres centrales acostumbra a otorgar la primera ventaja con balón. El Sevilla puede juntar pases de inicio y enlazar rápidamente con Banega, el pulmón creativo (69 pases por partido), y los interiores formando un 3+3 muy difícil de replicar. Si el rival se decide por una presión relativamente alta y utiliza, por ejemplo, un 4-3-3 como el Madrid hizo en el Pizjuán con Bale, Benzema y Asensio arriba, los extremos estarán bajo el conflicto de tapar al tercer central o al carrilero. Dependiendo de lo que hagan, el Sevilla tiene escapatoria por dentro o por fuera. El 3-4-2-1 de Solari contra el Betis suavizaría la posible superioridad de los de Machín para avanzar por el carril central y custodiaría a Banega a partir del empeño defensivo de Modric y Vinicius en el medio. Ensuciar la salida enredará la verticalidad del Sevilla, experto en las transiciones como revelan los 13 goles que ha marcado a la contra.

Duelo en las bandas. La estructura de Machín incide en el papel fundamental del carrilero. El técnico soriano pretende encontrar situaciones en zonas medias en las que Navas o Escudero se enfrenten al lateral rival. Este contexto provoca desarreglos de entidad en el contrario al quedar libre la espalda de sus laterales que pueden ser atacadas por Sarabia, Vázquez, Ben Yedder o André Silva. En el Girona buscaba lo mismo con Portu o Borja García. Si son los extremos los que miden a los carrileros, el Sevilla se beneficiará en zonas interiores al agrupar más hombres que su rival. La posible copia del modelo sevillista por parte de Solari podría compensar las disfunciones en los costados que siempre ha tenido el Madrid frente a los equipos de Machín, aunque frenar a Navas en su estado actual exigirá una atención mayor. El Sevilla se proyecta por su banda (31 ataques por la derecha).

Juego elaborado. El Sevilla ha conseguido moderar los problemas que ocasiona esta formación táctica para generar desequilibrios en los ataques posicionales. Al tener un único futbolista en la banda, los rivales no tienen por qué bascular tanto y no desprotegen el otro lado. Sin embargo, Machín ha hallado la fórmula a partir de proponer diferentes alturas en las ubicaciones de sus jugadores. El Sevilla se escalona y se asocia con expresividad ante defensas cerradas. La duración media de sus jugadas de gol alcanza los 22 segundos, una cifra que acredita su eficacia en las acciones elaboradas. La alianza de Navas y Sarabia redunda en esta cualidad. De no ser por Ceballos, al Madrid no le sirvió el repliegue categórico que realizó ante el Betis en la segunda parte. Tampoco le debería valer ante el singular Sevilla de Machín.