Sevilla-Barça, un nuevo clásico

El Sevilla ha alcanzado tal nivel en los últimos tres lustros que sus finales contra el Barça pueden ser calificadas de nuevo clásico. Desde que aquel Sevilla memorable de Juande Ramos zarandease en Mónaco al Barça en el año 2006 (0-3), se han sucedido finales de Copa (2016 y 2018), Supercopas de España (2010-2016-2018) y Supercopas de Europa (2015). Todas se resolvieron a favor del Barça pero algunas tuvieron un desenlace dramático. El Sevilla debe andar pensando ya que aquel gol de Alba en la prórroga del Calderón, el de Pedro en Tblisi y el tirazo de Dembélé en Tánger algún día virará a su favor. Para el sevillismo ya es una cuestión de honor tumbar al Barça. Pero sabe hacerlo. En 2010, fue el primer equipo capaz de eliminar al Barça de Guardiola en una preciosa eliminatoria con un Palop heroico en la vuelta de Nervión.

La eliminatoria apunta a preciosa. A una semana vista del partido, el primer interrogante a bote pronto es si Machín y Valverde van a tirar de sus estrellas. Eso sí que inquieta en el Sevilla, al que Messi ha martilleado con goles, uno detrás de otro…, hasta el día que se partió el brazo después de chocar con el Mudo Vázquez. El Sevilla no se esperaba al Barça y el Barça, en realidad, estaba sedado después de todo el ruido que rodeó las horas previas al sorteo. La decisión de Carmen Pérez, la Jueza Única del Comité de Competición, le reforzó. Pero también le permitió respirar tranquilo porque lo cierto es que al club, y en especial a sus servicios jurídicos, les ha dolido la cabeza en las últimas horas.

Reforzados con Wöber y Munir los sevillistas y con Murillo de momento el Barça, los dos equipos decidieron hace meses ampliar plantillas para pelear por todo. Hay cuentas pendientes, revanchas deportivas, un campo de estrellas (Messi, André Silva, Suárez, Ben Yedder, Rakitic, Sarabia, Navas, Dembélé, Mudo, Banega, Busquets, Vidal) y la sensación de que vienen dos partidos electrizantes.