Armeros, no hay dos sin tres
Esta temporada está siendo extraña en Eibar. Europa y el descenso se encuentran a siete puntos. Los pequeños se han revelado y han hecho sangrar a los todopoderosos transatlánticos que navegan por Madrid y Barcelona. El inconformismo reina sobre todo lo demás, y la competición está más viva que nunca. Semana tras semana estamos viviendo resultados que dejan con la boca abierta a más de un fanático, y el ambiente generado hace que ningún conjunto dé nada por perdido antes de comenzar. Es el caso del Eibar. Los de Mendilibar llegan a la jornada 19 en una de sus peores primeras vueltas en cuanto a puntos en sus cinco años en la élite. Sin embargo, gracias a su juego, a su falta de complejos y a su hambre ganadora, los azulgrana guipuzcoanos se han convertido en todo un espectáculo visual en cada partido.
Estamos ante un conjunto al que da gusto ver jugar por la cantidad de ocasiones que genera y al que los rivales hace tiempo que dejaron de interpretar como un puro trámite hacia la suma de tres nuevos puntos. Ipurua vuelve a ser un fortín, y si no, que se lo digan al Real Madrid. Tras el segundo empate consecutivo en el Wanda Metropolitano y la victoria en casa ante el conjunto merengue, el Barcelona se ha convertido en el único rival de Primera ante el que no han conseguido puntuar este lustro. Pero esta campaña es diferente. La 18-19 se ha convertido en la Liga de los humildes, y el equipo no piensa dejar pasar la oportunidad de terminar de hacer historia. ¿Por qué no soñar? La primera mitad de la temporada finaliza hoy, y un nuevo golpe sobre la mesa es más posible que nunca. No hay dos sin tres.