Otra alegría para el cuerpo a costa del Barcelona

El Levante volvió a darse una alegría para el cuerpo a costa del Barcelona, aunque el penalti les dejó algo traspuestos. Pero otra victoria de Paco López sobre Valverde, para deleite de los 17600 espectadores en una noche de perros en una ciudad, Valencia, poco acostumbrada al frío y con Messi en Barcelona. El triunfo de la gestión de Quico Catalán se refleja en la captación y fidelización de su gente (cuando llegó a la presidencia el club solo contaba con 3000 socios) y el éxito de Paco López radica en tener enchufados a la mayoría de los futbolistas de su plantilla. Fueron los menos habituales del Levante los que doblegaron a sus colegas de banquillo azulgrana, a los que ya quisieran muchos entrenadores tener a sus órdenes.

El madrugador gol de Cabaco, que saltó más que nadie, y el arte de saber moverse en el área de Borja Mayoral dieron ventaja a los de Paco López en la eliminatoria, un equipo que tuvo en la convocatoria de Valverde a un gran aliado. El Txingurri hizo lo que este formato de Copa del Rey, más en una temporada post-Mundial, incita a hacer, es decir, rotaciones a mansalva. Pero para el Levante fue un alivio el mero hecho de mirar al banquillo azulgrana y no ver ni a Messi ni a Suárez ni a Jordi Alba ni a Piqué. El gol de Coutinho sirvió de consuelo a los azulgranas y el Levante, que tuvo cerca un tercer gol, se tiene que conformar con viajar al Camp Nou con una mínima ventaja. Y allí, esta vez, me da que sí les esperará Messi.