En plena tormenta el Madrid invocó a soluciones convencionales para encauzar la eliminatoria copera contra el Leganés. Su fútbol funcionarial de anteriores compromisos quedó relegado por una actitud más agresiva en las asociaciones destinadas a desequilibrar en los costados. Desde los laterales (Odriozola y Reguilón) a los extremos (Lucas y Vinicius). Seguro que esta no era la primera idea en verano del despedido Lopetegui, más predispuesto a agrandar el juego interior en fase ofensiva, pero el contexto de necesidad que atraviesa el Madrid ha alterado cualquier proyecto inicial.

La apuesta de Solari por Vinicius y Lucas Vázquez se explica desde esta postura. El Madrid precisa de emprendedores, que no tengan miedo al error y de un perfil individualista (11 regates buenos entre los dos). La amplitud que aportaron Odriozola, Lucas, Reguilón y Vinicius aireó al conjunto blanco. Sacaron punto de las grietas entre los centrales y carrileros del Leganés y zarandearon los ataques una y otra vez con centros laterales (20). Gumbau, fuera de posición, fue la víctima perfecta para Odriozola y Lucas en el primer tiempo. A Solari no le estorba la falta de finura técnica en diversas acciones. Vinicius, por ejemplo, perdió 19 balones y Lucas dos menos. Su contribución alivia al Madrid en estos momentos por encima de sus inexactitudes futbolísticas. 

La marca equivocada

La holgura del resultado no debe camuflar la permeabilidad defensiva del Madrid. Hubo un detalle negativo toda la noche ante el que Solari no reaccionó. Odriozola marcaba a Braithwaite en las jugadas de estrategia y perdió cada duelo aéreo posibilitando dos claras ocasiones del delantero blanquiazul.