La sonrisa de Santi Cazorla

Cazorla juega al fútbol como si jugara en el jardín de su casa. Lo hace con esa sonrisa y esa tranquilidad que hace que todos sepan que se la tienen que dar a él. El problema es que una lesión y mucho sufrimiento le hicieron perder esa sonrisa. Cazorla no sabía si jugaría más al fútbol, tanto que miraba los vídeos de sus partidos para que no se le olvidara las cosas que sabía hacer. Cuando recuperó el pie y pensó que quería seguir jugando, sabía que debía elegir bien. Y eligió jugar en el que ha sido el jardín de su casa: el Estadio de la Cerámica.

Cazorla sabía que con los suyos y en su terreno las cosas podían ser mejores y no lo dudó. Ayer Cazorla volvió a ser el de antes de su calvario, el que en Inglaterra y la Selección no tenía discusión. Volvió a sonreír, y le dijo al mundo del fútbol que ha regresado para que la gente sonría. Su doblete ya forma parte de su bonita historia.