Madrid, Barça, Atleti y ‘fútbol de estufa’

Los mexicanos llaman a este periodo ‘fútbol de estufa’, relacionando, con buen tino lingüístico, el movimiento de fichas de este periodo invernal con el frío. Este mes que empieza ahora viene a ser para los clubes lo que era en su día el examen de septiembre. Tras repasar lo suspendido en junio, se acudía de nuevo con la expectativa de mejorar. Habrá quien planificó mal, quien tuvo una o varias lesiones, quien cambió de entrenador y vio que el nuevo tiene otro diseño... Pero a todos les acogota el control de LaLiga, que ya no permite las alegrías (o insensateces) del pasado. Ahora hay que cuadrar una ecuación ente ingresos, gastos y deuda.

De ese control de LaLiga sólo se ha escapado en estos años, que yo sepa, el Reus, para vergüenza de todos. No sé cómo ha sido posible, pero su desparrame ha venido a constituir un inesperado bochorno colectivo. Razón de más para que ahora LaLiga se esmere aún más a la hora de admitir nuevas fichas en clubes que tienen su límite salarial colmado, que son casi todos. Eso no quiere decir que nadie pueda fichar, pero sí que para adquirir algo es preciso soltar algo antes, bien sea vía de traspaso o al menos con cesión, liberando al menos la correspondiente ficha. En eso están todos, porque el que más y el que menos tienen algo que mejorar.

Eso incluye a los tres grandes. El Barça tiene un boquete que trata de remediar con Murillo, y va por Rabiot, de ahí que esté dispuesto a soltar a Munir, Denis y Malcom, para aliviar gastos. El Madrid necesita gol, salvo que prefiera meter la cabeza en el agujero complaciente del Mundialito, pero ¿puede soltar a Isco?  Y el Atleti bastante tendria con salvar a Lucas, cuyo devaneo con el Bayern se suma al problema de que Diego Costa extravió sus goles en alguna lejana curva de su carrera. Como ellos, todos están sujetos por un control económico bueno para el fútbol... que el Reus saltó en mala hora, para recordarnos de dónde venimos.