Gracias Gabi, eterno capitán

Fiestón. Llegó el día. Para los atléticos era una fecha señalada en rojo en el calendario: el homenaje a Gabi. Una fiesta para un jugador especial, para un futbolista que entendió como pocos lo que es el Atleti. Él lo ha dicho y es cierto. Muchos han sido mejores futbolistas que él, pero muy pocos supieron entender lo que es y supone el Atleti para tanta y tanta gente. Por eso se llevará el reconocimiento eterno de todos. Para los niños lo más fácil era fijarse en Torres o Forlán o ahora en Griezmann. Pero muchos chavales también lo hicieron en Gabi, en su manera de jugar y en su manera de actuar. Llegó el día y el Atlético ganó. Y los que estuvieron en el Wanda Metropolitano podrán presumir de estar en el homenaje al gran capitán. Fue emotivo verle dar la vuelta de honor al terreno de juego con sus hijos. Y ver cómo animó a sus compañeros a perseguir ese sueño que tanto él como el resto de atléticos anhelan. Gabi ya no juega, pero será el primero en empujar desde fuera para lograr esa ansiada Champions.

La afición. Se llenó el Wanda Metropolitano, el club se volcó y hubo una bonita exposición fotográfica sobre Gabi en las afueras del estadio. Dentro hubo ambiente festivo y un bonito tifo recordando la figura del 14 del Atleti. El exjugador rojiblanco recibió el cariño de los suyos y Gabi se emocionó. Tomó una decisión complicada para él, dejó su equipo de siempre para aceptar la última gran oferta de su carrera. Desgraciadamente, como estamos comprobando con lo de Lucas, ya no quedan sentimientos de club, de apego, de pertenencia... Manda el dinero y da igual hacer daño a la afición, que es la única que siempre está ahí. La AFICIÓN no se marcha nunca, no entiende de cláusulas, de ofertas, de ir colocando a los jugadores por ahí... Desde el fondo norte o el sur. Desde las peñas que llegan desde la Comunidad de Madrid o aquellas que se recorren 450 kilómetros para estar día sí y día también con los suyos.

Honor. La hinchada del Atlético supo reconocerle a Gabi sus años de trabajo en el equipo madrileño. A Gabi le costó triunfar de rojiblanco, tuvo que marcharse, hacerlo bien en otro sitio para volver a su casa. Y consiguió hacerse un nombre y convertirse en una leyenda del Atlético. Lo suyo no fue fácil, tuvo que convencer a muchos de que era un futbolista de primer nivel y que su lugar estaba en el Atleti. Muchos de los que ayer aplaudían a rabiar criticaron su llegada desde el Zaragoza dándole por fracasado antes de jugar. Por eso el caso de Gabi tiene doble mérito. Gracias capitán, gracias por los títulos y haber hecho tan feliz a tanta gente. En el fondo se trata de esto, de alcanzar la felicidad y de compartirla con los que piensan y se sienten como tú. Verle junto a Torres nos recuerda lo especial que es este club.

Gafe. El Atlético se llevó los tres puntos frente a un equipo ante el que tiene un pequeño gafe, pues en la última temporada el Espanyol le ganó al Atlético los dos partidos. El conjunto perico fue el primero en vencer en el campeonato liguero en el Wanda Metropolitano. En esta oportunidad no sucedió así. Con el triunfo el Atlético sigue arriba, en la pelea, en un sitio de privilegio. Y, de paso, también se quitó la maldición ante los equipos catalanes, pues en el ejercicio anterior, y en lo que va de éste, no había derrotado ni a Espanyol, ni a Girona ni a Barcelona.

Balance. Acabó el 2018, un año que comenzó un tanto triste, pues el equipo madrileño se había quedado fuera de la Champions, pero luego se supo venir arriba y conquistó la Europa League. Me quedo con esa imagen de Gabi en Lyon y con el Niño Torres, por fin, ganador de un trofeo europeo con su equipo del alma. Me quedo con la despedida del Niño, muy emocionante, algo que el club se supo trabajar y tuvo el reconocimiento por ello. Y en verano el equipo se llevó la Supercopa europea ganando al Real Madrid, en una especie de desquite por lo sucedido anteriormente. Me quedo con esos juveniles triunfadores y diciendo que el Cholo puede contar con ellos. Y con las chicas, campeonas de la Liga Iberdrola. El Atlético siguió ganando, compitiendo, poniendo su nombre en lo más alto.

Vacaciones. Ahora llega el parón navideño. Toca desconectar de fútbol (si es que eso es posible) y centrarse en la familia. Al Atlético le vendrá muy bien este descanso pues a la vuelta el Cholo podrá recuperar futbolistas. El 2019 se presenta ilusionante, con el Atlético vivo en todos los frentes, LaLiga, Copa y Champions. Sin haber realizado un gran juego y habiendo sacado resultados un tanto decepcionantes, el equipo sigue ahí. Y desde esta columna uno les desea Felices fiestas y que en estos días dejemos a un lado rivalidades para disfrutar de los seres más queridos. Mucho ánimo para todos aquellos que atraviesen problemas de salud (Ángel, amigo, todos en el Atleti están contigo). Y para los atléticos un 2019 muy muy rojiblanco. Es tiempo de soñar.