La portada de 'Súper Carolina'
Es el día más feliz de mi vida. Espero que las futuras campeonas entiendan que los sueños se cumplen", dijo Carolina Marín el 19 de agosto de 2016 a las 11:30 en Río de Janeiro, en una mañana lluviosa, en los últimos coletazos olímpicos de unos Juegos inolvidables para la onubense. Los flashes alumbraron a una Carolina deslumbrante durante todo el torneo, que se colgó el oro y recordó las lágrimas previas, las de los duros entrenamientos con Fernando Rivas, su técnico, en aquellas jornadas en las que solo el agotamiento ponía fin al trabajo. La Carolina de Río fue una máquina de ganar, fría como un témpano, intimidante. Así en semifinales derrotó en tres sets a la china Li Xuerui, sin dar tregua en los últimos puntos cuando su rival se había roto el ligamento cruzado de la rodilla y seguía en la pista cómo podía.
El oro olímpico, que ella consiguió tras imponerse en la final a la india Pusarla Sindhu, la sorpresa del torneo, es un logro que suele marcar un punto de inflexión en la carrera de un deportista. Para algunos, es la culminación y el fin de la ambición y la determinación. Pero para las grandes deportistas no es más que un reto cumplido en su currículo. Y eso es lo que significó Río en Carolina, campeona en el Mundial en 2018 y en los Europeos de 2017 y 2018. Y con nuevas metas en el horizonte. Tras el oro obtenido por la mañana en Río, por la noche la onubense cenó en la Casa de España y posó con la portada de As (expuesta desde un portátil). 'Súper Carolina' se tituló la crónica. En Tokio 2020 espera repetir éxito, cena y, por qué no, portada. Su ambición sigue intacta, como la de las grandes deportistas.