El sueño de Diego Martínez

En la previa del derbi andaluz tuve el placer de conocer a Diego Martínez. El entrenador del Granada me pareció un tipo sensato y con las ideas claras. Feliz en Los Cármenes. Y cuando le pregunté cuál era su sueño, el gallego recurrió al Cholismo más puro. “Ganar el sábado al Málaga”, me respondió. Su sueño se ha cumplido. Con humildad y sin mirar más allá de los próximos tres puntos este Granada se ha convertido en un equipo sólido y muy difícil de ganar. Y gran parte de culpa la tiene Diego. El entrenador ha armado un EQUIPO con mayúsculas. Remando todos a la vez, ayudando al compañero y peleando cada balón con el alma. Y, esta vez sí, llegó esa pizca de suerte que tanta falta hacía. Se encadenaban tres partidos sin ganar, pero las sensaciones eran buenas. Ayer llegó el premio.

Nadie había puntuado en La Rosaleda. Mucho menos ganar. Es cierto que el Málaga no pasa por su mejor momento, pero, además, se encontró con un gran Granada. En una auténtica fiesta del fútbol andaluz. Colorido en las gradas, buen ambiente y un partido digno de dos aspirantes a Primera. Mucha pelea y pocas ocasiones. Tres puntos más para que los nazaríes duerman segundos y rompen su mala dinámica. Diego Martínez aún tiene por delante 26 sueños más. Quizá 30, si se juega el playoff. Uno por cada partido que le queda por delante al Granada. El próximo será en Tarragona. Pero esta victoria puede salirle muy cara. Álex Martínez, Fede Vico y Adrián Ramos fueron sustituidos con molestias. Tres pilares que son duda. Pero el Granada es un equipo. Y ya sueña con el Nàstic.