Mendilibar y Cucurella desmontan a Solari
El Madrid sufrió un baño de realismo ante el Eibar. Su desplome resultó tremendo y dilapida la reacción que había tenido con Solari. La mañana reivindicó la figura de Mendilibar, un técnico valeroso y sencillo, conocedor de lo que demanda cada compromiso. El partido fue un retrato de fidelidad de lo que es este Eibar. No se movió ni un ápice de su propuesta original y el Madrid se mostró incapaz de tan siquiera poder competir. Los envíos directos, la presión asfixiante y el notable grado de intensidad armero desvistieron al conjunto blanco. Sin Casemiro, cada balón aéreo o dividido acabó en el lado de los de Mendilibar. Ceballos, Modric y Kroos naufragaron como trío en la medular. Nunca pudieron superar el bloque alto eibarrés y abocaron a su equipo a tener que jugar en largo sin disponer de futbolistas idóneos para ello. La cuenta de balones perdidos ascendió a 154. Tampoco cooperó en la salida la permanente estancia de Benzema en fuera de juego (siete en total).
La excelencia táctica de Mendilibar se apreció en la trascendencia que alcanzó Cucurella en la banda izquierda. El Eibar acostumbra a atacar más por la derecha, pero ante el Madrid volcó el juego hacia el otro costado. En el primer tiempo protagonizó el 65% de sus jugadas por esa banda cuando su media apenas se sitúa en el 33%. Cucurella troceó una y otra vez al Madrid. La renuncia en las ayudas de Bale, las inciertas condiciones defensivas de Odriozola y la caída futbolística de Modric aludieron al descalabro blanco. Fue de lejos el peor partido de la temporada del Madrid. Y ya no se puede poner a Lopetegui como excusa.
Suelto Cucurella
Posicionamiento alto de Odriozola y el jugador del Eibar le gana la espalda con suma facilidad. Tuvo que salir Varane al corte para frenar la acometida de Cucurella.
