Ramos, Luis Enrique y el tremendismo

Tremendismo es “la tendencia a exagerar los aspectos más tremendos o alarmantes de las cosas”, según la segunda acepción del diccionario de la Real Academia Española. Y esa tendencia la tenemos todos los españoles futboleros a la hora de juzgar a nuestra Selección. Han bastado dos derrotas seguidas para volver a dudar de La Roja y poner en solfa el nuevo proyecto de Luis Enrique. Si en esta Liga de Naciones, España hubiera descendido como le ha pasado a Alemania, con lo tremendistas que somos, habríamos pedido la cabeza del seleccionador.

Tremendismo es una “corriente literaria y artística desarrollada en España en los años cuarenta del siglo XX, caracterizada por exagerar los aspectos más crudos de la vida”, según la primera acepción del diccionario de la RAE. Los españoles somos tremendistas para todo y no se hace extraño que esta corriente literaria se desarrollara en España. Siempre fuimos exagerados en los análisis de la Selección y después de los triunfos en 2008, 2010 y 2012 la exigencia ha aumentado porque creemos de volver a ser campeones del mundo más temprano que tarde. Antes de ganar el primer Mundial ya éramos favoritos en todos los Mundiales que jugábamos y eso que no habíamos ganado ninguno.

Tremendismo es, en la tercera acepción, un “estilo de toreo basado más en la espectacularidad del riesgo que en la observancia de las reglas clásicas”. El torero más tremendista fue El Cordobés. El jugador más tremendista de España es Sergio Ramos con sus penaltis a lo Panenka y sus cositas. Lástima que nuestro tremendista capitán no juegue el amistoso ante Bosnia porque siempre da espectáculo.