La noche de Benzema y Solari

La noche de museo de Benzema acabó definitivamente con la etiqueta de interino de Solari y afianzó la progresión competitiva del Madrid. No es que fuera un partido completo del conjunto blanco, al que todavía le acompañan dudas de peso en el balance defensivo y sin una continuidad clara en el juego, pero logró abrasar al Celta con la habilidad del jugador galo y el esfuerzo colectivo como argumentos. Benzema orientó el triunfo con un gol de bandera y otra acrobacia futbolística en el 0-2. Encontró en Modric su mejor socio. El croata, desafinado en acciones puntuales como en toda esta temporada (11 pérdidas), le activó con desplazamientos en corto y envíos medios. Se intercambiaron 12 pases entre los dos.

Solari también salió fortalecido de Balaídos. El Madrid ha recuperado el poso de solvencia que parecía perdido y vuelve a ser más fiable que sus rivales en las dos áreas. Además, en un partido accidentado por tanta lesión, tomó decisiones valientes que reforzaron la confianza de sus jugadores. La ausencia de Casemiro fue corregida por un Ceballos notable en una posición que requiere de un compromiso táctico que el utrerano a veces no tiene. Al margen de algún error evitable con balón, cuajó una actuación académica, incomodando las recepciones de Aspas. Javi Sánchez volvió a cumplir en la zaga y la ubicación de Lucas como lateral izquierdo en el tramo final resultó sintomática. Solari había elogiado en la previa la polivalencia de Bale, especificando su etapa como lateral en el Tottenham, pero en un escenario delicado prefirió tirar de Lucas en lugar de galés. Se entendió como un mensaje de desconfianza hacia Bale. El técnico argentino se armó de razones y Benzema terminó por avalar su permanencia en el banquillo.

El amago de Benzema en el 0-1

Benzema amenaza con el desmarque en apoyo, pero rápidamente lanza un movimiento de ruptura a la espalda de Roncaglia. Su amago previo fue tan importante como el control esplendoroso que hizo después.