El gol del cojo... y locura

Mucha emoción, poco fútbol. Lo que se vivió en el Wanda Metropolitano fue de locos. Un partido malo del Atlético, muy malo, en el que Godín jugó media hora lesionado, de delantero centro y en el que acabó ganando gracias a un gol del uruguayo en una decisión del VAR. Lo que vivieron los aficionados en el Wanda Metropolitano fue durante muchas partes del encuentro un mal sueño, aunque al final premiaron el esfuerzo del equipo con aplausos y con júbilo tras el 3-2. El Atlético mostró su peor versión en un partido donde debía reafirmar la buena imagen mostrada hace unos días ante el Borussia. Un partido en el que Diego Costa volvió, pero fue cambiado tras el descanso. En un partido donde el árbitro, horrible, se sumó al desorden y descontrol generalizado. En un partido que sacó por casta, coraje y corazón. Si el Athletic no ganó en el feudo rojiblanco no lo hará jamás. Una cosa sí que no se le puede poner en duda al Atlético es que se deja el alma intentando remontar, se deja el alma cuando ve que lo tiene todo perdido. Y otra también es cierta: el Atlético está en una fase de la temporada donde juega un buen partido y al siguiente la fastidia. Los abrazos de los jugadores rojiblancos al final del encuentro lo decían todo. Y el himno sonando a toda pastilla con la gente sin marcharse del estadio. Locura en el Wanda Metropolitano. Hubo mil partidos en uno. Sigue cantando la gente. Y Godín se marcha cojeando. El Atlético salva un partido de manera milagrosa, heroica. Estos tres puntos le darán mucha moral a un equipo que la necesita. 

Inexplicable. El partido fue como una mala pesadilla para el Atlético, incapaz de hacerse con el partido. Tiró la primera parte, logró empatar con un golazo de Thomas y en la siguiente jugada el Athletic hizo el 1-2, con lesión de Godín incluida. El uruguayo se tuvo que poner de delantero y la pareja de centrales fueron Saúl y Thomas. Un mal sueño, lo dicho. El Cholo, tan remiso en otras ocasiones a hacer cambios, había realizado el último cambio nada más empatar el Atlético. Y casi lo pagó caro. El Atlético hizo el 2-2 ante el delirio de su hinchada. Y empujó y empujó hasta lograr el tercero. Sobre la bocina. Y con emoción. El árbitro, horrible, lo anuló y posteriormente lo dio por válido a instancias del VAR. El estadio, en otro partido para no olvidar, se volvió loco. Ya tiene otro choque para recordar. 

Crecimiento. El Atlético crece en todos los sentidos y cada vez hay más peñas y seguidores. El Atleti es conocido en todo el mundo y se le pone como ejemplo, pero debe jugar mucho más y mejor. La heróica sirve a veces. Pero no siempre. Desde el fondo sur se quedaron aplaudiendo a Godín al acabar el encuentro. Ese fondo sur que animó como nunca, loco de alegría como todo el estadio. Así, sí. Esa es la manera de ayudar al club y al equipo. 

Manu. El joven aficionado argentino no olvidará este partido. Manu Oppenheimer estuvo en el palco presenciando el encuentro, en un buen detalle de la entidad madrileña. El club también ha crecido en esto y si antes le costaba reaccionar ante cualquier circunstancia que escapaba a lo deportivo, ahora está muy atento a ello. Manu vino a Madrid, cumplió su gran sueño, vio a Griezmann, al Atleti en directo, conoció el Wanda Metropolitano... El fútbol sirve para estas cosas. El fútbol sirve para hacer feliz a un niño para el resto de su vida. Enhorabuena al club por este detalle. 

Especial. El partido fue especial para Raúl García, exjugador del Atlético. El centrocampista recibió un homenaje del club madrileño en el inicio del encuentro. Raúl García recibió una placa por sus 329 encuentros disputados con el Atlético en las nueve temporadas que vistió la rojiblanca y para él fue algo bonito y emocionante. El ahora jugador del Athletic siempre fue uno de los preferidos por la hinchada del Atlético, que no olvida su entrega en cada partido como rojiblanco. En el Wanda Metropolitano recibió aplausos cuando saltó al terreno de juego en el segundo tiempo. Jugadores así, con esa personalidad y esa manera de defender la camiseta, son los que echa de menos el Atlético. Al final se marchó triste por la derrota, pero contento por ver cómo la gente le sigue reconociendo su trabajo. 

El parón. Le vendrá muy bien al equipo de Simeone este parón. Le vendrá bien para recuperar efectivos y quizá también para aclarar ideas. El Atlético está obligado a luchar por cotas mayores, a ser protagonista de todos los torneos y en el vestuario saben que pueden dar mucho más de sí. Lo dicho, a descansar. Y todo, sin centrales y con la visita del Barcelona. Aunque si el Atlético fue capaz de ganar este partido es capaz de todo.