Mina es el Julio Salinas del siglo XXI
Delantero con envergadura, poco estético en sus acciones pero tremendamente efectivo. Trabajador para el equipo y un engorro para unos defensas que piensan que siempre se la van a quitar y al final es él quien se la lleva a trompicones. Y por encima de todas una característica que tienen pocos: el gol. Si este pequeño informe lo lee un secretario técnico de los años 90 piensa en Julio Salinas. Si lo lee uno de lo actualidad, la referencia es Santi Mina. A grosso modo y sin ánimo de exagerar, el gallego le ha salvado al Valencia dos competiciones. Ante el Ebro, en Copa del Rey, le dio la vuelta al marcador con un doblete que de no haberlo hecho, habrían temblado los cimientos de Mestalla.
Ante el Young Boys lo volvió a hacer. Dos dianas de oportunista y adiós a la sequía. Sin ser uno de los tocados con la varita de la calidad, lo cierto es que lo de Mina tiene mucho mérito. Partió este verano como cuarto delantero tras los importantes desembolsos por Gameiro (16 millones) y Batshuayi (tres por la cesión). Y además un esguince de rodilla le llevó al vagón de cola. Y como no hay mal que por bien no venga, el estar en la camilla en lugar de en el vestuario en las semanas del bloqueo mental del equipo, le vino bien para volver con la mente fresca, como dijo Marcelino. Y esa frescura ha contagiado al grupo. Cuatro goles en tres partidos desde que volvió. Puro Mina.