El Madrid se pareció a Solari
En un escenario inadecuado para extraer conclusiones de alcance, el Madrid que estrenó la era Solari, con fecha de duración inexacta, deslizó algunas de las nociones tácticas que representan al técnico argentino. La utilización de un doble pivote (Llorente-Ceballos en la primera parte y Llorente-Valverde en el segundo tiempo) más dos extremos y un mediapunta, la proyección continua de los laterales y la ausencia, a falta de Mariano, de un nueve más de referencia conformaron su puesta en escena. La meritoria valentía del Melilla admitió la comodidad madridista sobre el césped y benefició las jugadas en transición. Con las recepciones de Lucas y Asensio, el Madrid pudo esquivar la presión local e intimidar a la contra como hizo en la jugada del primer gol.
Odriozola y Reguilón se soltaron y contribuyeron de forma decisiva en la profundidad de los de Solari (ocho centros al área entre ambos y dos asistencias y un gol del lateral diestro). De banda a banda, su alegría contagió los ataques madridistas y se relacionaron con mucho sentido con Lucas y Vinicius. Casi todos los ojos estaban puestos sobre el rendimiento del brasileño, aparente y eficaz toda la noche. Sólo dos pérdidas en salida se pueden colocar en su debe. El Madrid se pareció a lo que siempre ha definido a Solari como entrenador y eso ya es un inicio.