Veinte minutos de la segunda parte sufrió el Barcelona ante el Real Madrid. Unos minutos que se explican porque no estaba Messi en el terreno de juego. Fueron momentos en los que el equipo blanco le planteó el encuentro al Barça en un cara a cara que jamás hubiera planteado ningún entrenador, Lopetegui incluido, con Messi en el campo. La sensación que uno se lleva del partido es que si el Barça es capaz de marcarle cinco al Madrid sin Messi, con Leo lo de ayer hubiera sido la Matanza de Texas.
Capítulo aparte merecen tres personas en el Barça: Ernesto Valverde, Luis Suárez y Jordi Alba. El primero consiguió que el Barcelona fuera, por lo menos, tan bueno sin balón como con balón; el uruguayo asumió el liderazgo caníbal que se necesita en estos partidos y Jordi Alba firmó un partidazo dedicado a un seleccionador que prioriza las rencillas personales que el bien común. Y eso, que no estaba Messi.