El fenómeno Arthur
Protagonista. Sin Messi y sin Cristiano, el Clásico mira más que nunca al mediocampo. El Madrid de Lopetegui no ha encontrado la estabilidad que sí ha adquirido el Barcelona. La titularidad acertada de Arthur en Wembley contra el Tottenham supuso, posiblemente, el suceso más positivo para Valverde en esta temporada. El ritmo, sentido asociativo y la naturalidad que ofrece han cuadrado a este Barça, más preparado para administrar las fases del juego. Desde varios contextos, Arthur se ha ganado el respeto futbolístico del barcelonismo. El brasileño participa de forma determinante en la progresión azulgrana, retrasando su posición a veces más que Busquets, y siendo una referencia igual de importante en los primeros pases que el internacional español y Rakitic. La cuota de precisión en las entregas de sus últimos cuatro partidos acredita su fiabilidad: 91% (Tottenham), 95% (Valencia), 92% (Sevilla) y 94% (Inter). Sus condiciones para esconder la pelota y girar después mitigan el efecto de la presión adversaria.
Las apreturas. Ha costado reconocer al Barcelona cuando se ha visto aprisionado como le ocurrió contra el Sevilla o en los minutos iniciales de la segunda parte contra el Inter. Arthur arriesgó demasiado en dos acciones derivadas en sendas pérdidas en las que el conjunto italiano bordeó el gol. Será interesante comprobar el posicionamiento y actitud del Madrid sin el balón y su modelo de presión para encerrar a Busquets, Rakitic y Arthur (37 balones recuperados en campo contrario entre interceptaciones y rechaces).
Otros registros. La continuidad que añade Arthur alcanza territorios ofensivos. Se entiende con Busquets de inicio a fin y activa a Coutinho (235 pases entre los tres frente a Tottenham, Valencia, Sevilla e Inter). Todavía anda algo tímido y no ha exhibido del todo su visión en los últimos metros como hacía en el Gremio. Apenas promedia un envío de finalización por encuentro. A Arthur también le acompaña cierta inexperiencia táctica, sobre todo si su depósito físico empieza a vaciarse, aunque se desgasta en el quite (siete robos al Inter). Se nota cuando Busquets sale de zona a apretar y el brasileño no atiende a su espalda, flojea en el balance y permite las conducciones (Modric podría sacarle de punto) y las recepciones interiores (Bale o Isco como destinatarios) del rival. Pese a estas disfunciones, ha ajustado la medular de Valverde, mientras los de Lopetegui dan señales de ser un equipo voluble y partido por el eje. El Clásico quitará razones a Arthur o agravará el alboroto táctico del Madrid.