Un equipo es más que un Messi

El Barça demostró que también se puede ser grande sin el mejor jugador del mundo. Su actuación ante el Inter fue del todo convincente. Un equipo estable desde su entrenador, Valverde, que dio con la tecla con la alineación de Rafinha, hasta el último cambio, Vidal, que respondió a unos pitos que él sabía merecidos bajando al barro a trabajar. Pero estábamos en Valverde, que se ha sacado de la manga al comodín de la temporada. Se llama Arthur y se adapta como un guante a la manera de entender el juego del Barça y al gusto que ha ido amasando la afición durante tantos años.

El Barça no podía vivir con Coutinho y Dembélé juntos en su alineación. Se desequilibraba y, aunque puede que cueste aceptar el hecho de dejar a grandes talentos en el banquillo, era necesario. Todos los jugadores del Barça jugaron con maestría su rol y dieron ese puntito más necesario para cubrir una ausencia tan gigante. Y sí, no es sacrilegio decir que un equipo es más que un Messi.