La indefensión del Viktoria Plzen

La crisis galopante del Real Madrid debería disfrutar de un receso ante un rival muy menor como es el Viktoria Plzen. El campeón checo tampoco se presenta en las condiciones más deseables. Analizados sus últimos cuatro partidos como visitante entre el torneo doméstico y la Champions, disputados contra Slavia Praga (4-0), Jablonec (3-0), Roma (5-0) y Bohemians (2-2) por ese orden, se aprecia su pobre estatus competitivo. La cifra de 14 goles recibidos es sintomática. El Plzen padece serios aprietos por sus desajustes, la lectura errónea de la línea y la lentitud de la zaga. El Roma reveló sus penurias. Cada gol que marcó apuntó a un problema visible del Plzen: intento fallido al tirar el fuera de juego del lateral derecho Reznik (1-0), desentendimiento entre Reznik y Hejda para hacer frente a un centro desde la banda (2-0), nula cobertura de los pivotes para tapar las llegadas de segunda línea y del lateral izquierdo Limbersky para cerrar el pase (3-0), balón fácil a la espalda del central Hubnik (4-0) y defensa mal posicionada en un córner (5-0).

Este tipo de equivocaciones están ligadas, en muchos casos, al perfil individual de sus futbolistas. Los mediocentros (Hrosovsky, Pochazka y Horava) destacan más por su desplazamiento de balón que por sus dotes de recuperación (apenas cuatro robos por partido de cada uno). Los laterales adolecen de criterio para arreglarse con los centrales y estos sufren en el uno contra uno y con los envíos en profundidad. Ni colocarse en un bloque bajo le sirve para terminar de protegerse. Ha encajado 12 goles este curso en ataques posicionales del adversario. Estos defectos comprometen toda la estructura del Plzen, que tampoco puede alardear de poseer grandes recursos ofensivos.

Es un equipo rudimentario en ataque. Su campo de acción se localiza en las bandas y sus armas se reducen a los centros laterales (14 por choque) y al balón parado. Krmencik es el delantero perfecto para completar este planteamiento. Sus movimientos tanto dentro como fuera del área, con un gran sentido para ganar la posición de cara al remate, abundan en esta idea. La primera parte contra el CSKA sacó lo mejor del equipo de Vrba. El Plzen busca el cambio de orientación de sus mediocentros para intentar lograr superioridades en los costados y crear desde ahí. Extraño a la par que eficiente resulta ver a Limbersky centrar o lanzar la estrategia con el exterior de su bota derecha. Es la nota exótica de un conjunto plano y alejado del nivel real que demanda la Champions.