Un desafío sin ningún complejo

El Betis suspira por dar un salto cualitativo apoyado en partidos como el de hoy. Lo dio desde el pasado curso a nivel competitivo gracias a su mejor rendimiento individual y a la filosofía de Quique Setién, siempre insistente a la hora de diseñar un modelo de fútbol casi antagónico al que dirige también con maestría Diego Pablo Simeone. Hoy se miden de nuevo. Un ideal de toque enfrentado a un convencimiento en el rigor táctico y el esfuerzo infinito. Una prueba inmejorable para medir las posibilidades.

Soñar es gratis y Setién no quiere dejar de hacerlo. Su desafío respecto a la zona alta de la tabla sigue presente y por el momento logró de nuevo involucrar a casi todas las piezas de su plantel en un proyecto que no detalla objetivos ni precisa obligaciones. Así lo entiende él. Aunque su equipo muestre números de optimismo y refleje sensaciones de ser capaz de defender su presencia europea. Al Wanda llega con las mismas ideas, las que a veces invitan a las dudas y otras veces a la euforia. Sin términos medios. Ni los necesita ni los quiere inventar mientras no haya síntomas reales de quedar minimizados. Este Betis mejoró prestaciones defensivas un año después y reinicia su desafío ante Simeone: ¿Y por qué no ahora?