Saúl se ha convertido en la peor pesadilla para el Madrid. Anoche con Manu Carreño en El Larguero demostró que lleva los colores rojiblancos en su corazón. Los datos son elocuentes: seis derbis en la Liga, habiendo ganado tres, ha empatado dos y ha perdido solamente uno. Pero lo más ilusionante y que ha pasado a la historia han sido sus golazos al equipo blanco. El primero, incluso, provocó que hasta el propio Cristiano quisiera emular su chilena el día del 4-0 en el Calderón. El último, en Tallin durante la Supercopa de Europa, con un zurdazo que permitió la remontada y el triunfo cholista. Y su remate de cabeza en la vuelta de las semifinales de Champions.

Saúl, además, no se ha cortado a la hora de dejar claro que lleva muy dentro al Atlético y que le encantaría colgar las botas en este equipo. Junto a Koke, es un pilar fundamental en la pizarra de Simeone para ir a la conquista del Bernabéu. Igualmente a Luis Enrique en la Selección le ha enseñado que tiene hambre para ser uno de los fijos, pero el colchonero sigue teniendo en la cabeza una deuda con la afición: esa final de Champions del Metropolitano. Tener la oportunidad de llevar a las vitrinas del club el único título que le falta. Sería el mayor y mejor de sus logros en una trayectoria que está siendo inmaculada. Este Saúl ya es historia del Atleti.