21 años con Sarrià en el recuerdo

El número 21 tiene una connotación nostálgica, de pérdida sentida en nuestro Espanyol. Era el número del gran capitán Dani Jarque, malogrado hace ya casi una década. Y curiosamente 21 son también los años que hace que perdimos nuestra histórica casa, Sarrià. Una pérdida que ha quedado mitigada con la construcción del estadio de Cornellà-El Prat, que ha devuelto a los pericos un ansiado hogar tras un peregrinaje de más de una década en el Olímpic de Montjuïc.

Sarrià siempre permanecerá en nuestro recuerdo. Ese vetusto estadio plagado de historias de épica futbolística, testigo de las grandes hazañas europeas como la final ante el Bayer Leverkusen y las remontadas ante el Brujas y el Sporting de Portugal (esta última, para los más veteranos del lugar). Sarrià traspiraba pasión por los cuatro costados. Un estadio al que recuerdo con aquel olor a puro de los cientos que se consumían para pasar los nervios de cualquier partido (o para degustar el fútbol), con ese Gol Sur que siempre estaba a reventar para llevar en volandas al equipo y ese terreno de juego, cuyas dimensiones podría describir de memoria a la vista de los tantos partidos a los que asistí.

Nunca olvidaremos nuestra antigua casa, aquella que fue clave para explicar la historia de un centenario club como el nuestro. Nuestro hogar, donde probablemente vivimos los momentos más felices del espanyolismo y el lugar que enganchó a este sentimiento blanquiazul a tantos y tantos pequeños como yo mismo lo era entonces. Siempre en nuestro recuerdo, Sarrià.