El hambre de gol no tiene edad

Aduriz miraba a los ojos a Cristiano. Ahora que su carrera va decayendo, cuando la del actual jugador de la Juve emprende ese mismo camino hacia la nostalgia, hace un repaso, echa la vista atrás y sólo ve goles. De todos los colores, curiosamente muchos de ellos tras cumplir la treintena. Nunca ha perdido el olfato, el apetito por seguir engordando una hoja de servicios que será difícil de igualar en un club cuya particular filosofía aboca a situaciones como la actual, en la que no se advierte un sucesor inmediato al donostiarra voraz. Aritz admira al portugués, porque entre goleadores sólo puede haber reverencia, y se siente aliviado por no verle en esta ocasión en un estadio que siempre se atragantó a CR7.

El Athletic recupera mañana a Aduriz y de su mano el equipo crece en ambición. San Mamés nunca se toma esta visita como un partido más. Berizzo ha caído llovido del cielo de una ilusión barrida el año pasado con Ziganda gracias a su ‘etiqueta Bielsa’ y con ese aire eufórico se prepara Bilbao para meter en dudas a un Lopetegui que ha empezado con muchas certezas esta Liga. Pero el Toto, amigo de herir a los contrarios desde el ataque, sabe que esta vez le harán falta muchas herramientas defensivas. Por eso alineará ya mismo a Iñigo Martínez, inédito con el argentino por una inoportuna lesión en el gemelo. La cosa promete.