¡Puxa España!

Estreno feliz. Pocos entrenadores querrían debutar con su país midiéndose nada menos que a la semifinalista del último Mundial, Inglaterra, y encima en Wembley ante más de 80.000 hinchas. Pero si algo no se le puede discutir a Luis Enrique es su atrevimiento y osadía. Le he visto esta semana trabajar en Las Rozas con la ilusión de un crío y eso ha contagiado al equipo. Mucho. Empezar 1-0 abajo con el gol de Rashford y levantarse con grandeza es muy buena noticia para el futuro. Nuestra reacción fue digna de un equipo que aspira legítimamente a esta nueva Liga de Naciones, que me gusta mucho. No es un experimento, es un hallazgo. Una competición electrizante, sin bolos infumables. Hemos arrancado de cine. Pero no hay que venirse arriba que luego ya sabemos cómo hemos acabado últimamente, pero es evidente que en Londres hemos disfrutado con La Roja. Spain, very good.

Gozoso revival. Por la mañana me dio una alegría el gran Jesús Mari Zamora, que nos hizo llegar su agradecimiento a AS por haber publicado en la página 10 la fotografía de su histórico gol en el viejo Wembley, en aquel Inglaterra-España del 25 de marzo de 1981 en el que vencimos por primera vez en su guarida a la Pérfida Albión. Ese 1-2 nos llenó de orgullo a los españoles y más coincidiendo con la liberación del secuestrado Quini. El fútbol sí tiene memoria.

La Nueva España. Es el nombre del prestigioso diario asturiano, con más de 80 años de historia. Pero también es aplicable a esta nueva era iniciada en un estadio tan icónico como el nuevo Wembley. Luis Enrique, que ahora deberá rescatarnos la ilusión extraviada a base de batacazos en Brasil, Francia y Rusia, ha arrancado bien su proyecto con sólo tres supervivientes de los 23 elegidos que levantaron la Copa del Mundo en Sudáfrica (Ramos, Busquets y Albiol) y sólo diez supervivientes de la primera lista de Lopetegui (Ramos, Busquets, De Gea, Thiago, Azpilicueta, Carvajal, Asensio, Sergi Roberto, Saúl y Morata). Eso significa que el 40% del grupo se mantiene, lo que permite hablar de revolución moderada. Me parece bien. No éramos tan malos. No supimos estar a la altura y competimos por debajo de nuestras verdaderas posibilidades. Esa es la única verdad. Y ahora empezamos el libro de Luis Enrique…

Carvajal y Saúl. El madridista fue una pesadilla para los ingleses en esa banda derecha que devora con hambre, verticalidad y más peligro que un tiburón blanco en las playas de Malibú. Y Saúl, que ha ocupado en la Selección el rango que tenía Koke, nos regaló otra de sus dianas mágicas. El Señor de los Golazos nos deslumbró con la Sub-21 y ahora lo hará con los mayores. Y el martes jugaremos ante la Croacia de Modric en su Elche natal. Será tu fiesta, crack.

De Gea. Cuando marcó Rashford, Míster Chip nos recordó una estadística terrorífica: De Gea había encajado con España 12 goles en los últimos 13 tiros que había recibido. Pero al propio Rashford le sacó una mano espléndida en un remate a bocajarro que evitó el 2-2 antes del descanso. Paradón. Ojalá que el toledano aleje los fantasmas de Rusia y se acerque más a ese portero que tiene tanto prestigio en la Premier.

Ilusión. Eso tenemos tras este arranque de la era Luis Enrique. Seamos optimistas. Dejemos de mirar por el retrovisor y soñemos con una Selección que vuelva a hacernos sentir orgullosos de los nuestros. ¡Vamos!