El entusiasta, el líder y la Pérfida Albion

Hoy arranca una nueva era para la Selección. Y no hay tiempo para experimentos porque esta Liga de Naciones, que de enigmática ha pasado a ser atractiva, obliga a la España de Luis Enrique a competir desde el primer partido. Y no hay mejor debut que ante los inventores del fútbol y en Wembley, nuevo pero siempre mítico estadio. La Inglaterra de Southgate llega pletórica tras su cuarto puesto en el Mundial de Rusia. El entusiasmo de Luis Enrique se palpa en cada entrenamiento y hay que comprobar cómo lo han asimilado los internacionales que se han ejercitado con una intensidad mucho mayor a cómo se entrenaron en Krasnodar. Desde el minuto uno se debe ver la evolución del tiqui-taca a la que aspira Luis Enrique, la misma que logró en el Barça cuando sustituyó al Tata Martino.

El liderazgo en el campo va a ser para Isco. El malagueño debe dar un paso al frente y mostrarse capaz de ganar partidos. Ha realizado buenas actuaciones con la Absoluta con la confianza que le dio Lopetegui, que le ponía hasta cuando era suplente en el Madrid, pero a Isco en el Mundial le faltó la peseta para el duro. Luis Enrique le vuelve a dar galones y queda la duda de si sabrá interpretar la verticalidad que exige la evolución del modelo que llevará consigo alternar transiciones rápidas con la posesión, que debe ser más rápida y menos horizontal que el día de Rusia, posiblemente el peor partido de la historia de La Roja. Hoy empieza todo de nuevo. Ante la Pérfida Albión.