Inglaterra dio un paso al frente

Ni a Morata ni a ninguno de los jugadores españoles que han crecido en nuestra cultura futbolística se les puede imponer instrucciones o gritar órdenes en un campo de entrenamiento. El fútbol hace mucho que en nuestro país no se enseña así. Han crecido sabiendo del juego y luego cada uno de ellos, según su habilidad e inteligencia, se acopla a las necesidades del equipo, del momento, de su cuerpo y llega más o menos lejos en sus carreras deportivas. Los chavales españoles, sin querer pero por la educación que han recibido, saben más de fútbol que la mayoría de nosotros. Esa idea de hacer pensar al futbolista, ese escenario educativo de ‘planear, ejecutar, revisar’ que nos define están siendo aplicados desde hace cuatro años por el fútbol inglés con un éxito indiscutible.

Han ganado Mundiales y Eurocopas en los equipos inferiores y llegaron a la semifinal del Mundial de Rusia: es una evolución. Ciertamente dependieron mucho del balón parado, pero eso también hay que entenderlo, entrenarlo, improvisar. Se produjeron circunstancias durante partidos en Rusia (contra Colombia, por ejemplo) donde los jugadores en lugar de buscar excusas o mirar al banquillo, tuvieron que buscar soluciones sobre el campo. Y las encontraron. Ese es un paso adelante y valiente, porque parte de la admisión de fracaso.