Y no es cuestión de juventud. A Vinicius, un año menor que Odegaard, sí se le ha hecho hueco en la primera plantilla. El escandinavo corre el riesgo de caerse por exceso de sobreprotección. Hay talentos que se pierden entre una grave lesión y el mal (si es que hay un buen) reguetón, como Jesé. A otros los fagocita el márketing. No sin ironía, Freddy Adu, el nuevo Pelé estadounidense, sobrevive vendiendo aspiradoras. Son casos extremos. El corazón le sigue diciendo al Madrid que Odegaard será un crack, los ojos le indican que, de momento, en Holanda no le irá mal.